Si su hijo obtuvo una valoración de 3,0
significa que su hijo está obteniendo la calificación mínima en el Area.
Para que el alumno no llegue al siguiente grado tan flojo, le recomiendo repasar los temas vistos en sexto con el siguiente taller que paso a indicar a continuación:
NO OLVIDE QUE USTED PUEDE IMPRIMIR EL PRESENTE TALLER (HOJA POR HOJA) RESALTANDO CADA UNA Y LUEGO MANDANDO A IMPRIMIR.
Experiencia: Abordar el trastorno por
Déficit de Atención con Hiperactividad
La
intervención psicopedagógica debe centrarse en la institución escolar y es
indispensable una formación del profesorado al respecto
Los autores de esta
propuesta pretenden resaltar una realidad cada vez más presente en nuestras
aulas, cual es el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, y en el
ámbito de la intervención y tratamiento del mismo abogan por proporcionar a
todos los profesionales que intervienen en el proceso educativo una formación
básica “que permita ir considerando a estos niños como sujetos de atención
especial”.
Es un hecho
ya admitido, apoyado por las investigaciones sobre efectos del tratamiento del
TDA-H, que la intervención psicopedagógica debe centrarse en la institución
escolar, y que ha de ser ésta la que dé respuesta adecuada a las distintas
necesidades educativas que puedan presentar sus alumnos.
Y es obvio
que para que la intervención sea eficaz, desde los primeros pasos, se necesita
que el profesorado tenga una formación al respecto. En la actualidad, ésta la
están adquiriendo, en la mayoría de los casos por propia iniciativa y no
dirigida a la intervención, sino más bien a la información del trastorno.
Lo que se
pretende, desde esta propuesta, es asegurar en todos los profesionales que
intervienen en el campo educativo, una formación básica que permita ir
considerando a estos niños como sujetos de atención especial. Esta fase, que
podríamos llamar de sensibilización, en un principio podría ser coordinada
desde el Equipo de Orientación, a través de seminarios, materiales
informativos… y que será más específica en función de la demanda del personal
docente y de la implicación de los Centros de Formación del Profesorado
dependientes de la Consejería de Educación.
Formación
Básica
El objetivo
de la primera fase (formación básica) se cubriría asegurando que el profesorado
(no una minoría de éste) tuviese un conocimiento suficiente, aunque general, de
las características y problemática del niño hiperactivo, así como su
diferenciación, a nivel educativo, de otros niños que, presentando dificultades
comportamentales y/o en el aprendizaje, responden a otras causas. Sería motivo
de reflexión el conocimiento de la sintomatología del TDA-H, por áreas,
observables en el contexto escolar, y que se podría sintetizar en (Bermúdez y
Bermúdez, 2004)
Área cognitiva:
Se distrae con facilidad, limitación de capacidad de atención, no presta
atención a los otros, no acaba casi nunca las tareas y parece como si estuviese
en las nubes.
Área
afectiva-emocional: Suele culpabilizar a los otros negando sus errores, hay
cambios frecuentes y bruscos de estados de ánimo, exige siempre del profesor
demasiadas atenciones, no tiene confianza en sí mismo y se siente inferior a
los demás, tiene aspecto de estar enfadado y de ser muy susceptible, parece que
lo importante para él es llamar la atención de los demás, necesita que se le
ayude de forma continuada y es impulsivo e irritable
Área motora:
Hay un excesiva inquietud motora, aspecto de intranquilidad constante, de
movilidad e inestabilidad motriz, exige respuestas inmediatas a sus demandas
casi siempre impulsivas y está tenso, es muy difícil de lograr la relajación.
Área de
habilidades sociales: Su conducta molesta a los demás, tiene muchas
dificultades para actividades y tareas cooperativas, no tiene sentido de las
reglas y normas del grupo, acepta mal las indicaciones y directrices del
profesor, rechaza las órdenes, no las reconoce, el grupo no suele aceptarlo
bien, es negativo en su conducta, aunque intenta dominar a los demás y no cuida
sus cosas, ni las ajenas.
Área de
aprendizaje: Dificultad en el aprendizaje de las matemáticas- aritmética /
cálculo-;en la lectura; en la coordinación viso-motriz, y, en el uso de la
memoria- memoria de trabajo- y es lento en el trabajo, sobre todo en las tareas
que exigen atención y cooperación.
Formación
específica
El objetivo
de la segunda fase ( formación específica) podría implicar, tal como propone
Miranda et al. (2000), la profundización en los conocimientos generales sobre
el TDAH: Entrenamiento en Técnicas de Modificación de Conducta, entrenamiento
en técnicas de autodirección: autoinstrucciones, acomodaciones educativas,
entrenamiento en la técnica de autoevaluación reforzada y asesoramiento y
seguimiento.
También, se
considera muy adecuado para dicha formación el Programa de Entrenamiento en
Estrategias Metacognitivas para Maestros de Niños Hiperactivos (García y Magaz,
2000). Este Programa se encuentra estructurado en seis unidades cuyas temáticas
son las siguientes: Orígenes, definición y desarrollo del Trastorno por Déficit
de Atención con Hiperactividad (TDA-H). Aspectos teóricos del desarrollo
cognitivo y metacognitivo. Actitudes del maestro e hiperactividad. Diseño del
ambiente escolar para el aprendizaje de niños hiperactivos. Estrategias de
intervención en relajación, reducción de la tensión y ejercicio físico para
niños hiperactivos en el área escolar. Estrategias metacognitivas de
intervención en: inhibición perceptiva muscular, atención y concentración para
niños hiperactivos en el área escolar.
Consideramos,
que una adecuada formación del profesorado al respecto, sería necesaria y
suficiente para un primer paso en la identificación y decisiva para un correcto
tratamiento desde el ámbito escolar.
Plan
global de intervención en el grupo-clase
Éste, por
tener como referente el grupo-clase, necesita ser consensuado por todo el
Equipo de Profesores que impartan clase en el mismo y conocido, en función de
la edad, por los alumnos que lo integran.
Las
siguientes orientaciones van encaminadas a favorecer, desde el grupo-clase, la
respuesta educativa para alumnos con TDA-H, sin olvidar las singularidades que
aparecerían descritas en la correspondiente ACI.
Relativas a
la distribución física del niño/a en el grupo-clase: Sentarle cerca de la mesa
del profesor y alejado de toda fuente de distracción: ventanas, puerta de
entrada al aula ruidos…, buscando su ubicación en fila, mientras realiza una
tarea personal, para evitar las distracciones interpersonales. Procurar que su
mesa, mientras realiza una tarea tenga el mínimo de elementos distractores,
dejando lo específicamente necesario: ficha, cuaderno, pinturas… Permitirle que
se levante de su sitio, cada cierto tiempo, ampliando éste periodo a medida que
se va aplicando el Programa (tiempos de trabajo más largos y los descansos más
cortos). A este respecto es conveniente estar atento a las señales de
nerviosismo o inquietud que puedan aparecer para darle respuesta, intentando
que mientras hace la tarea permanezca en el sitio. Cuando se programa alguna
actividad en grupo, colocarlo con compañeros que sean atentos, reflexivos y
tranquilos en sus conductas.
Relativas a
la integración del niño/a en el grupo-clase: Hacerle ver al niño, de acuerdo
con su edad y posibilidades, que se le va ayudar de forma específica para que
atienda mejor y pueda ir haciendo las tareas como los demás niños, pidiéndole
su colaboración. Hablar con los compañeros para que sepan comprender sus
comportamientos y facilitar las buenas relaciones entre ellos. Darle funciones
de colaboración en el aula, como repartir y recoger materiales indicados por el
profesor o hacer recados dentro del Colegio. Trabajar, a nivel de grupo,
habilidades y estrategias que mejoren las relaciones sociales con su entorno y
que fomenten acciones de: Interacción con sus iguales y con los adultos,
comunicación (pedir, preguntar, conversar,…), resolución de problemas
(conflictos), expresión de sentimientos (alegría, tristeza, aceptación,
rechazo,…) y cooperación, responsabilidad.
Especial
mención quiero hacer a este apartado por las repercusiones que tiene en la
mejora del autocontrol y autoconcepto del niño diagnosticado de TDA-H, evitando
o disminuyendo el riesgo de desarrollar otros trastornos del comportamiento.
Relativas a
la organización curricular: Enseñarle, en colaboración con el profesor
especialista, a autorregularse en los tiempos y secuencias que precise la
tarea. Acomodar el aprendizaje bajo los principios de personalización y
estructuración (trabajo muy estructurado y predecible con reglas claras y
constantes), utilizando estrategias metodológicas que incluyan apoyo visual,
participación activa del alumno… Seleccionar objetivos de aprendizaje adecuados
a la actual realidad del niño, evitando establecer “a priori” una
homogeneización con el grupo. Empezar con tareas más cortas que las propuestas
para el grupo, e irle reforzando todas las conductas de mantenimiento de la
atención, proporcionándole las siguientes de forma progresiva, nunca que le
abrume, ya que esto le aumenta considerablemente su nivel de ansiedad.
Asegurarse,
antes de que empiece a realizar un trabajo, que ha entendido bien lo que ha de
hacer, usando para ello la estrategia de que repita con sus palabras la tarea
encomendada. Facilitarle la tarea de preguntar cuando se haya distraído y no
haya entendido lo que se le ha pedido, dándole muestras de comprensión y no de
recriminación. Sugerir al niño que vaya describiendo la tarea que realiza, ya
que ello facilita la atención y, como consecuencia, el aprendizaje. Utilizar un
sistema de elogio de conductas adecuadas, fundamentalmente atencionales,
reflexivas y relacionales, mediante el uso de refuerzos y recompensas,
procurando ignorar las conductas inadecuadas. Buscar algún tiempo, dentro del
grupo, para reforzar aquellos aprendizajes que pueda tener menos afianzados.
También se podrá recurrir a la colaboración de algún niño-tutor. Buscar la
colaboración de los padres para controlar y reforzar las tareas que se envíen
para casa, tareas que siempre han de estar tasadas teniendo en cuenta la
realidad del niño.
Estas y otras
sugerencias favorecerán cambios en las realizaciones del niño en las distintas
áreas, ya de desarrollo, ya de aprendizaje, cambios que serán recogidos en una
hoja registro que cumplimentará el tutor/a con la participación de los demás
profesores de aula y que contrastará, quincenalmente, con el profesor/a de
apoyo específico (P.T.) y analizará, periódicamente (mensual o bimensualmente),
con el orientador del Centro.
José Luis
Santos Cela. Psicólogo de los Equipos Psicopedagógicos de la Junta de Castilla
y León
Esperanza
Bausela Herreras. Doctora en Psicología y Ciencias de la Educación y licenciada
en Psicopedagogía
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
Bermúdez,
M.P. y Bermúdez, A.M. (2004). Manual de Psicología Clínica Infantil. Madrid:
Biblioteca Nueva.
García, E.M. y Magaz, A. (2000). Mitos, Errores y Realidades sobre la Hiperactividad Infantil. Guía para padres y profesionales. Bilbao: Grupo ALBOR – COHS. Miranda, A. et al. (2000). Intervención psicopedagógica en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Revista de Neurología Clínica, 1, 203-216. Con la autorización de: http://comunidad-escolar.pntic.mec.es —————- Otros temas relacionados: Niños hiperactivos Técnicas y estrategias para ayudar al niño hiperactivo Otros artículos sobre NIÑOS ESPECIALES Enviar a un amigo
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